Escuchando las olas...

Escuchando las olas...

He muerto muchas veces
creyendo y esperando, esperando

en una habitación

contemplando un cielo-raso agujereado
esperando la llamada, una carta, un golpecito, un sonido...

Volviéndome salvaje por dentro

mientras ella bailaba con extraños en clubes nocturnos...

-Charles Bukowski.

Quizá pretendí que me prometieras cosas improbables - improbables, que no imposibles- y en ese caso, la culpa sería mía, una vez más. Haga lo que haga, acabo echándome las culpas... A pesar de que siempre suelo decir '¿qué más dará quién sea el culpable, si todos hemos salido perdiendo, y nadie puede pagar por ello?' En fin.

Caníbales.

La silueta de aquellas curvas tenía una textura especial.

Aquellos labios con los que despegaba.

Aquel cuello en el que retumbaba mi respiración,

y así comenzaba a deshacerme de la gravedad.

Aquella espalda que recorrí tantas veces con los dedos, con la lengua.

Mi espalda favorita. 

Y llegaba a mi primer destino,

ascendiendo por aquellas nubes en forma de caderas...

Nuestras manos nos llevaban tan alto... ¿recuerdas?

En cualquier sitio, daba igual.

Ese 'lenguaje' que solamente nosotras conocíamos.

Leía tu cuerpo en braille, pasando por cada una de tus cicatrices. 

¿Empezamos?

Primavera, verano, otoño o invierno. Qué más da. Una vida basada en idas y venidas. En rutina. En ilusiones, verdaderas, luego falsas. Luego... ¿Luego qué? Todo es en vano. A veces. ¿Para qué buscarle sentido a la vida? Algunos responderían que de ese modo, llegas a la felicidad absoluta. No hay que buscar, amigos. Las cosas vienen independientes, solas, sin buscarlas, aparecen sin más. Te encuentran. Cada suceso. Puedes esperarlo, o que aparezca un martes a las tres de la tarde, y cambie tu vida. Puede que nada tenga sentido, lo sé. Puede que yo tampoco sepa bien de que hablo. ¿Generalidades? ¿La vida? ¿Qué cojones sé yo de la vida? Vivencias, supongo. Cada día te encuentra algo nuevo. Puede ser. ¿Para qué agobiarse? Vivo en una continua rutina, y qué. Si encontráis algún remedio razonable, yo os paso mi número. 
¿Buenas? noches.

Toc, toc, toc.

Hola.

Se supone que debería presentar ésto, o algo. Bueno... Pues aún no sé ni para qué he creado este blog, sinceramente. El único fin con el que nació hace ya meses, fue para esos momentos en los que empiezas a temblar. Cuando necesitas vomitar todo lo que tienes dentro de la cabeza a través de tus manos, y empiezan a moverse solas por el teclado. Cuando ya has dicho todo lo que tenías ahí guardado. Eso que quizá nadie comprenda, eso que es mejor no contarle a nadie en particular. Sí, puede que esa sea la 'finalidad' de este blog. No prometo escribir cada X tiempo, y de momento, no pienso darle publicidad. ¿Para qué? Escribiré cosas de las que quizá me arrepienta, o quién sabe. Quizá me salven algún que otro día. Y fin.

Buenas noches.

'Estoy buscando una respuesta

que lleva el viento,

y voy detrás de todas las tormentas

y no la encuentro.

Y voy detrás de todas las tormentas

por si me encuentro mejor.'

Extremoduro - El camino de las utopías.